Sí a la política de manera diferente
El siglo XXI ha pillado a nuestros estudiantes atenazados por las violencias; nada nuevo en este país que no ha aprendido a disentir sin matar. ¿Qué nos pasa? ¿Cómo hacer para terminar la pesadilla?, son preguntas que se hacen la academia, los profesores, los estudiantes.
Hablamos de una generación sitiada; muchos, desde la infancia, difícilmente han podido abandonar sus ciudades de origen; otros, en sus regiones, han palpado de primera mano lo que significa esta guerra.
Un país que tiende cada vez más a la polarización ideológica, fenómeno del que algunos jóvenes no pueden sustraerse, de manera que reproducen en la vida académica los enfrentamientos irreconciliables del país. Y para ello, las redes sociales resultan inmejorables.
Sin embargo, más allá de los extremos, la política sigue haciendo parte de las inquietudes estudiantiles; no la política partidista y sectaria, que pocas veces logra inmiscuirse. La paz, la pobreza, la distribución del ingreso, la calidad de la educación, son temas recurrentes en discusiones que, a diferencia de décadas anteriores, ya no responden exclusivamente a las lógicas de la izquierda, en la medida en que no todos sus dirigentes ya no aparecen como anti – establecimiento.
Se habla, entonces, de un nuevo talante de los estudiantes, calificado como irrespetuoso, retador, irreverente. Se critica su adicción a los aparatos de última tecnología, su falta de atención, su manera de vestir. El rector Fernando Hinestrosa poco antes de su muerte había planteado su opinión acerca de estas quejas, que se suceden generación tras generación:
“La juventud actual es distinta de la nuestra y de las que nos antecedieron, ¡cómo podría ser igual! Pero el proceso es el mismo. Recordemos nuestra adolescencia y no nos sonrojemos al recordar lo que quisiéramos mantener escondido; nuestros pecados de juventud son jirones de nosotros, fueron y siguen siendo partes definitivas de nuestro ser. Solo podrá entender lo que bulle en el alma del estudiante quien tome la vida despojada de prejuicios, la observe con total honestidad y quiera conservarse joven”.