Prepararse para conocer y valorar el patrimonio cultural en antiguas zonas de conflicto armado
Un experto en arqueología subacuática visitó el Externado, donde destacó la importancia de impulsar investigaciones científicas en las zonas que antes eran dominadas por la guerra.
Los antiguos territorios de la guerra descubrirán no solo su potencial turístico sino científico, en la medida en que son verdaderas ‘minas’ para la investigación arqueológica.
Nariño, Huila, Meta, Vichada, Putumayo y Caquetá, son algunas de las regiones donde la exploración arqueológica y el ecoturismo, buscan atraer recursos y visitantes de países como Estados Unidos, México, Brasil, Perú, Ecuador, Chile, Argentina, España y Alemania.
No obstante, para cumplir ese objetivo, José-Oscar Encuentra Bardina, máster en Arqueología marítima de la Universidad de Southampton (UK), estima que vendrán retos no solo sociales e institucionales, sino también académicos.
“Cuando hay un territorio que, por condiciones políticas determinadas ha sido preservado de intervenciones arqueológicas, es un reto importante para las universidades, formar y capacitar capital humano para que equipos científicos puedan hacer sus estudios”, manifestó.
El académico español visitó el país en el marco de una conferencia sobre arqueología subacuática en altura, particularmente en el lago Titicaca, ubicado entre los territorios de Bolivia y Perú.
A una altitud promedio de 3812 metros sobre el nivel del mar, y con un área de 8562 km², el lago ha sido escenario de importantes hallazgos arqueológicos que podrían revelar intercambios de las culturas andinas con las de otras regiones de Suramérica.
Un desafío de altura
Al hacer un repaso histórico de las intervenciones realizadas en el lago Titicaca, dirigidas a la conservación del patrimonio cultural sumergido, el experto explicó el reto de hacer arqueología marítima en zonas de altura.
“En inmersiones en lagos de altura, la menor presión atmosférica en relación al nivel del mar modifica las relaciones de presión entre fondo y superficie. La presión atmosférica se debe al peso del aire y el valor de éste disminuye a medida que aumenta la altura”, indicó.
Asimismo, hay retos culturales, pues adelantar proyectos científicos en territorios con prácticas religiosas arraigadas, requiere “mucho tacto” para que el equipo de investigadores reciba el visto bueno de la comunidad.
“Cuando llegamos en particular al territorio aledaño al Titicaca, hacemos ofrendas a los dioses del lago, para que concedan un permiso para poder extraer los objetos que encontramos”, contó el experto, quien agregó que respetar las tradiciones es fundamental para adelantar una investigación.
El científico reveló que actualmente en esta zona se adelantan proyectos de capacitación en protección del patrimonio y turismo cultural, en las comunidades impactadas por la exploración.
“Además se impulsa el desarrollo de centros de interpretación de la riqueza cultural del lago, terrestre y subacuática, pues suele suceder que cuando se extraen objetos del lago, se piensa en vender y no en exponerlos en museos”, manifestó.
Finalmente reiteró el llamado a los estudiantes asistentes al encuentro, a interesarse más en este campo, ante el contexto actual del país.
“En naciones como Colombia, con una historia ancestral con diferentes civilizaciones y pueblos, hay una riqueza de estudio enorme. Que la Universidad Externado sea la única con esos estudios en el país, debe motivarlos a insistir en este tipo de programas”, concluyó.