La pandemia de Covid-19 revela las deficiencias sociales de América Latina y aumenta los niveles de pobreza
Por David Rodríguez
La pobreza en América Latina perdió su tendencia decreciente en los últimos años, la mayoría de las naciones de la región no venían tomando las medidas adecuadas de protección social y esto se ve reflejado en el informe “Panorama social de América Latina 2018”, elaborado por la CEPAL, donde las estimaciones de porcentajes de la población en pobreza monetaria y pobreza monetaria extrema alcanzaban un 30,2% y un 10,2% respectivamente, siendo estos los niveles de pobreza más altos de la última década.
Para rematar, la pandemia de Covid 19 va a agravar la situación y las estimaciones son desalentadoras. En el informe “El desafío social en tiempos del COVID -19” la pobreza en América Latina va a aumentar al menos 4,4 puntos porcentuales y la pobreza extrema 2,6 en 2020.
Pero este impacto no es homogéneo dentro de la región, llama la atención que las economias más fuertes son las que se espera que se vean más afectadas, los aumentos de pobreza en países como México, Argentina y Brasil, se espera que sean casi del doble que en el resto de los países.
Este aumento de la pobreza se puede explicar por los niveles de desigualdad tan altos en la mayoría de países. El caso de Brasil es un buen ejemplo de esto, su nivel de desigualdad es muy alto, con un GINI cercano a 0.51, lo que implica que el 51% de los ingresos esta en poder del 1% de la población y si bien el país tenía un nivel de pobreza bajo en comparación con el resto de la región, una porción de la población importante estaba en grupos económicamente vulnerables que pueden caer bajo la línea de pobreza con más facilidad.
Aumentos en la desigualdad por la vulnerabilidad económica de la mayoría
Los aumentos en los niveles de desigualdad requieren un análisis importante de la composición de la población latinoamericana. La CEPAL proyecta que los aumentos en el índice de GINI estén entre 0.5% y el 6% e igual que con la pobreza se espera que el aumento sea más grande en las economías avanzadas.
La explicación de este aumento en la desigualdad es que las medidas de aislamiento tienen consecuencias importantes en las personas de estratos bajos y medio-bajos, los cuales representan alrededor del 77% de la población latinoamericana. Mientras que la población de estratos altos y medio-altos tiene la capacidad de mantener su nivel de vida o de que por lo menos no se vean tan afectados sus ingresos por medio de la venta de activos o el endeudamiento.
Por lo tanto, al reducirse los ingresos de una porción tan importante de la población, el nivel de desigualdad se dispara y en la mayoría de países se espera que se pierda el progreso que se tuvo durante la última década en la reducción de la desigualdad.
Hay grupos sociales que se han visto aún más afectados, el alto nivel de informalidad aumenta la vulnerabilidad y limita el acceso a la seguridad social, por lo que esta gran porción de la población esta mas indefensa a la crisis económica y al virus. En Colombia la informalidad ronda el 60% de la población económicamente activa, por lo que esta porción de la población no podía acceder a seguros de desempleo y se vio obligada a salir a trabar cuando se terminaron los ahorros lo que explica porque aumentaron rápidamente los contagios.
Las medidas para reforzar el deficiente estado de bienestar en medio de la pandemia
La última década fue un periodo de deterioro del Estado de bienestar en casi toda la región. Los ya mencionados aumentos de pobreza y pobreza extrema y la falta de políticas que permitan redistribuir los ingresos y disminuir la desigualdad son el principal indicador de esta decadencia.
Ahora, la incertidumbre económica se toma la mayoría de la región y es importante empezar a hablar de como van a llegar las ayudas a toda esta población, en esta discusión es necesario hablar de la renta básica universal. Como lo dice la CEPAL, este ingreso no solo debería verse como una medida de reactivación, es necesario volverlo permanente a mediano plazo ya que es una manera eficiente de redistribuir los ingresos y garantizar la erradicación de la pobreza.
Durante los primeros meses de la pandemia las medidas adoptadas se orientaron principalmente hacia la entrega de alimentos y reducción del cobro de servicios básicos, pero estas medidas no eran suficientes porque la cobertura es limitada y la logística es más complicada.
En los últimos meses se han empezado a realizar más transferencias monetarias directas que resultan ser la medida más efectiva, este avance no debería perderse después de la reactivación y debería empezar a pensarse en como cambiar la estructura tributaria en cada país para que se pueda garantizar esta renta. Por el momento, la CEPAL propone que estas medidas duren al menos 3 meses, mientras se reactiva la economía.
Pero esta no es la única medida que se necesita para fortalecer el Estado de bienestar, el poder tener acceso universal a la educación, a la salud y a un sistema de seguridad social son solo algunos de los problemas que todavía se evidencian en la región y están lejos de resolverse. Por lo que el mantener el ingreso solidario se ve aun muy lejano, primero se tienen que resolver este tipo de problemas que garantizan el bienestar de la población.