La Universidad renueva su Acreditación Institucional de Alta Calidad por ocho años
Mediante Resolución 006538 del pasado 15 de abril, expedida por el Ministerio de Educación Nacional, la Universidad renovó la Acreditación Institucional en Alta Calidad por ocho años más.
La Acreditación en Alta Calidad, “es el acto por el cual el Estado adopta y hace público el reconocimiento que los pares académicos hacen de la comprobación que efectúa una institución sobre la calidad de sus programas académicos, su organización, funcionamiento y el cumplimiento de su función social (…)”, según lo afirma la misma resolución.
En efecto, hace ya más de 30 años, cuando en el país se abrió paso la cultura de la autoevaluación, el Externado comenzó a recorrer un camino que no se ha interrumpido. Desde un primer momento la Universidad reconoció las ventajas de revisar los resultados de su labor, no como un ejercicio esporádico, sino como una actividad constante tendiente a verificar el cumplimiento cabal de su misión y a permitir, llegado el momento, el examen por pares, de tales resultados.
Fue así como en el año 2004 se obtuvo la primera Acreditación Institucional por siete años, siendo la segunda universidad del país en obtener tal reconocimiento; dicha acreditación se renovó en el 2012, por ocho años y ahora se renueva, por segunda vez, por un periodo igual. Durante todos estos años, por lo demás, los diferentes programas de pregrado han realizado numerosos procesos de acreditación, con muy buenos resultados, y ahora el empeño inmediato se dirige a acreditar, paulatinamente, los programas de posgrado.
La Acreditación Institucional que en esta oportunidad se le otorga al Externado destaca, entre otras cosas, la pertinencia y la coherencia de nuestra Misión Institucional que se traduce en la clara vocación de servicio de los egresados que sirven al país desde las más variadas posiciones y de paso con una alta tasa de empleabilidad; la variada oferta educativa, íntimamente ligada al proyecto de formación docente y a la fuerza investigativa y de publicaciones de la Universidad; las políticas de inclusión social con la presencia de estudiantes provenientes de diferentes regiones y de diferentes grupos indígenas; el fortalecimiento, en favor de toda la comunidad, del bienestar universitario; la participación de los diferentes estamentos institucionales en la toma de decisiones estratégicas; la presencia de la Universidad en el contexto internacional por medio de la vigencia y eficacia de un buen número de convenios; las crecientes inversiones en planta física, tecnología, biblioteca, educación virtual.
Por su parte, dentro de las recomendaciones que se hacen a la Universidad para seguir afianzando el camino recorrido y para seguir adelante en ese proceso de permanente mejora que está implícito en toda actividad educativa, se resaltan, la necesidad de mantener el empeño de crear nuevos programas y permitir y propiciar una mayor participación de y en las regiones; hacer más fuerte la movilidad estudiantil; persistir en el cometido de contener el fenómeno de la deserción; agilizar los procesos de actualización de los reglamentos estudiantiles y profesorales; diseñar estrategias para la participación de los investigadores en proyectos internacionales y para la evaluación del impacto de las investigaciones en la sociedad.
Más allá de la contribución que cada uno de los miembros de nuestra comunidad ha hecho en estos últimos años con su trabajo comprometido muchas fueron las personas que colaboraron estrechamente con el proceso de autoevaluación con fines de acreditación, y algunas las que estuvieron al frente del trabajo y lo lideraron con dedicación y mística: para todas ellas un profundo y sentido agradecimiento de parte de toda la Universidad.
A todos nos corresponde ahora, reafirmar día tras día el compromiso y seguir sirviendo al país con educación de calidad y para la libertad.