Los Yukpa, conocimientos para la vida de un pueblo que camina
Claudia Patricia Platarrueda Vanegas
En el corazón de la Serranía del Perijá habitan los Yukpa, uno de los pocos pueblos indígenas en Colombia que se autorreconocen como nómadas, seminómadas y agricultores itinerantes. Son, además, hablantes de la única lengua viva de la familia lingüística Caribe en el Caribe. Las mujeres, especialmente, son las que aseguran su pervivencia por medio de su enseñanza a las nuevas generaciones.
Las evidencias indican que los pueblos de la familia Caribe provienen de un proceso de dispersión migratoria en la Orinoquía dado en un lapso de más de 4.000 años hasta ubicarse, en el caso de los Yukpa, en la zona limítrofe entre Venezuela y Colombia, con una profundidad histórica de poblamiento en la región de por lo menos 1.000 años. En este tiempo han acumulado importantes saberes bioculturales sobre el territorio.
Actualmente, este pueblo cuenta con una población aproximada de 15.000 personas; de ellas, 5.000 habitan en Colombia y 10.000 en Venezuela. La literatura colonial los ubica originalmente entre la margen oriental del río Cesar y la occidental del lago de Maracaibo, aunque en el presente ese territorio se ha disminuido dramáticamente luego de intensos procesos de despojo territorial. Esta situación los lleva en Colombia a vivir prácticamente confinados en los seis resguardos legalmente constituidos desde la década de 1970, ubicados en los municipios de La Paz (Caño Padilla, Koso y Rosario), Agustín Codazzi (Iroka y Menkwe) y Becerril (Sokorpa), en el Cesar.
La restricción territorial limita en gran medida la movilidad de los Yukpa, que se da a partir de actividades estacionarias de caza y pesca, con ciclos de rotación de la tierra en una agricultura itinerante a pequeña escala, dada para proveer la base primordial de su alimentación, el maíz, entre otros alimentos. Su caminar es también motivado por ciclos vitales como el matrimonio y la muerte, o por conflictos internos o con sus vecinos, acentuados por las difíciles condiciones del presente.
Esos modos de vida están íntimamente relacionados con la amplitud de su territorio original, que no se comprende como una tierra comunal disponible para ser usufructuada, sino como un todo interdependiente, que posibilita una correspondencia con plantas, animales y otra multiplicidad de seres vivientes con los que se establecen vínculos vitales profundos, en una concepción alejada de la noción de “recurso” económico para la subsistencia.
La historia yukpa ha estado atravesada por intensos procesos de despojo y violencia, tales como el establecimiento de misiones de evangelización, la ampliación de la frontera agraria sobre las tierras bajas y medias de la Serranía, el arribo de colonos despojados por la violencia bipartidista, la inserción del conflicto armado y de cultivos ilícitos y economías agroindustriales y extractivistas sobre su territorio.
Esto ha causado un gran impacto sobre sus modos de vida, al limitar el acceso a sitios sagrados, bosques y ríos, de donde los Yukpa derivan buena parte de su subsistencia. La transformación radical del territorio ha generado confinamiento y ha fragmentado el sistema agrícola y de complementariedad entre los diferentes pisos climáticos, que aprovechaba los recursos propios de las tierras altas y bajas con formas de producción e intercambio itinerantes, lo cual pone en riesgo permanente su seguridad alimentaria y su pervivencia como pueblo.
Las autoridades yukpa han insistido ante diversas instancias en su condición de pueblo nómada, seminómada y agricultor itinerante. El ejercicio de esa condición tiene para ellos una premisa fundamental: la posibilidad de acceso a su territorio ancestral, que hoy se ve limitada significativamente, con impactos que los han hecho reorganizarse hacia un proceso de autodeterminación y recuperación territorial. Por esto, la importancia del reconocimiento de su nomadismo.
Paradójicamente, las dificultades y contradicciones que enfrentan han venido reconfigurando la autonomía y el gobierno propio, para garantizar su bienestar y sus derechos. La experiencia yukpa nos enseña que sus conocimientos tienen la potencia para contribuir efectivamente en la comprensión de la diversidad, entendida esta no solo en términos de riqueza cultural, sino en el sentido amplio de conocimientos para el cuidado de la vida, hacia la justicia social y ambiental en Colombia.
Una de las preocupaciones de las autoridades yukpa es la escasa evidencia académica acerca de las problemáticas del pueblo en el contexto regional, nacional e internacional, que sirva para adelantar las discusiones necesarias para mejorar sus condiciones de vida. En respuesta surgió la investigación titulada Conocimientos para la vida. Salud, alimentación, gobierno y territorio. Investigación colaborativa con el pueblo Yukpa (Serranía de Perijá, Cesar, Colombia).
El proyecto busca comprender la persistencia de un pueblo seminómada en condiciones de extrema vulnerabilidad, desigualdad, estigmatización y exclusión social, reflexionando sobre los desafíos que implica la movilidad en Colombia hoy. Ha sido adelantado desde el 2019 entre el Resguardo indígena Yukpa de Iroka (Serranía del Perijá), las áreas de investigación Cultura y Sociedad y Salud, Conocimiento Médico y Sociedad y el Programa de Antropología, de la Universidad Externado de Colombia, y es liderado por las antropólogas Sandra Carolina Portela García, Claudia Cano Correa y Claudia Platarrueda Vanegas, docentes de la Universidad, con la participación del líder yukpa Javier Clavijo y otros líderes y funcionarios del resguardo.
La investigación espera consolidar una línea de trabajo en relación con problemáticas socioambientales del país, que permita articular procesos sociales gestados en contextos interinstitucionales y en los territorios. Esta intención se materializó en un primer momento con la elaboración de un “Concepto sobre nomadismo y movilidad en relación con los procesos históricos, territoriales y culturales del pueblo Yukpa” (Bogotá, 8 de agosto de 2019), por solicitud de las autoridades de los cabildos gobernadores de los seis resguardos yukpa, que ha contribuido a las discusiones de la mesa técnica que se lleva a cabo con el Gobierno nacional, en el marco del proceso de consulta previa ordenado por la Sentencia 713 del 7 de diciembre de 2017 de la Corte Constitucional colombiana.
Como fruto de este proceso colaborativo, se han producido también dos artículos, uno sobre los desafíos de la consulta previa para la nación, ejemplarizado en el caso del pueblo Yukpa, y otro que aborda el conocimiento y las formas de organización yukpa en la experiencia del afrontamiento de la emergencia sanitaria de la covid-19. Así mismo, se llevó a cabo el “Diplomado de cualificación docente en formación sobre sistemas culturales, sociales y lingüísticos propios”, agenciado por el Resguardo de Iroka en convenio con la Universidad, como insumo de un proceso de formación de líderes que permita el relevo generacional en la defensa de sus derechos, desde un sentido de pertenencia cultural y territorial sólido y en un marco de autonomía y gobierno propio.
Todos estos propósitos reconocen los desafíos que los pueblos móviles, como parte de la sociedad colombiana, deben afrontar para garantizar su pervivencia, en un país anclado a economías extractivistas que degradan la vida, cuando esta es concebida solo como recurso. En general, el proyecto busca dar cuenta de experiencias y conocimientos regionales y locales en torno a las problemáticas de gobierno, territoriales, alimentarias y de salud, relacionadas con las tensiones frente al Estado y con los conflictos sociopolíticos de la región Caribe.