El turismo en claves lenta y consciente: una experiencia transformadora
Si existe un sector impactado profundamente por la crisis del Coronavirus, ese es el turismo. Al punto de que se puede hablar de un antes y un después de la pandemia para esta industria, que venía creciendo en el mundo entero tal vez como ninguna otra.
Pero, de manera paradójica, las graves consecuencias que la pandemia trajo para este sector, especialmente las aterradoras pérdidas económicas, se aparejan con el despertar de un nuevo significado del turismo para la humanidad y con propuestas para que la actividad corrija sus excesos y se integre armónicamente con lo humano y lo natural.
Existe un instrumento inmejorable, aplicable a todos los campos de actividad humana, que puede enmarcar esta transformación necesaria. Es la mindfulness (atención plena) una práctica proveniente del budismo, que ofrece un conjunto de pautas para cambiar el “chip” frente a realidades sociales tan presentes en este comienzo del siglo XXI como el consumismo excesivo, el daño al medio ambiente, el estrés y ajetreo de la vida moderna y el foco en la eficiencia económica como fin último de todo lo que hacemos.
Las posibilidades de la mindfulness, como una técnica de vida –si así puede llamarse– para enfrentar los desafíos que se nos han venido encima un poco abruptamente en virtud de la epidemia, fueron expuestas por la experta Ruth Arroyo Tovar, PhD, durante el Café virtual: “¿Cómo se reinventa el sector turístico? Mindfulness para una vida mejor”, organizado por la Facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras.
La mindfulness o atención consciente, consiste básicamente en tener mayor consciencia del momento presente, puesto que pensar y vivir en el pasado o en el futuro no permite disfrutar del aquí y el ahora. Se trata de evitar en las personas vivir con “el piloto automático activado”, es decir, hacer y decir las cosas como autómatas, mecánicamente.
Ruth Arroyo es PhD en Educación con énfasis en TIC; especialista en Habilidades Gerenciales; profesional en Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras; coach personal, ejecutivo y corporativo; promotora de Objetivos de Desarrollo Sostenible ONU; cuenta con certificación en Felicidad Organizacional; es diplomada en Turismo Sostenible y en Gestión y Desarrollo Hotelero; docente, investigadora y autora.
Si el hombre, cansado de la vida agitada, de la carrera en pos del dinero a toda costa, del híper-consumo, del estrés y de la mala salud generada por esos parámetros, busca reflexión, silencio, calma y lentitud, el turismo, visto con el prisma de la mindfulness puede darle la respuesta, asegura la experta.
Un tipo de turismo más sostenible y transformador puede ofrecer, por ejemplo, respuestas a la llamada dependencia tecnológica: dentro de esta lógica el turismo está llamado a ofrecer la posibilidad de relajarse, desconectarse de la rutina diaria y las preocupaciones, haciendo reconexión consigo mismo. Un encuentro renovador que abre la puerta a un
desarrollo personal. Así, los “Viajes Transformadores” conducen a experimentar un cambio interno (duradero y significativo), sostiene la profesora Arroyo.
En respuesta a la saturación del turismo de masas, la gente cada día busca más estar en terrenos y destinos poco transitados, vivir experiencias auténticas, aproximarse a los habitantes del lugar, degustar sus productos con lentitud, viviendo a plenitud cada momento.
“Para que un viaje sea realmente transformador se tiene que constituir en un reto para el turista y sacarle de su ‘zona de confort’. Así mismo, el turista tiene que estar dispuesto a que el viaje lo transforme, debe estar abierto a ver las cosas desde otro punto de vista, a dejar los prejuicios, respetar la tierra que visita y las costumbres de los habitantes; atreverse a hacer cosas por primera vez, respetar a sus semejantes e intentar entender la cultura de las comunidades locales. Turistas más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, con las comunidades receptoras que visitan”. Este el modelo de turismo que propone Arroyo, a partir de los principios de la mindfulness y como respuesta a las demandas del momento.
Los destinos y empresas turísticas deben explorar cómo incorporar el mindfulness en sus organizaciones a fin de posicionar al turista transformador como uno de sus públicos objetivos a captar.
Hábitos y técnicas como los de la respiración consiente, deben estimularse en la casa y en el trabajo en el medida en que estimulan la actividad neuronal, permiten pensar con mayor claridad y aumentan la memoria.
De igual manera, la experta recuerda que: “la comunicación consciente es retomar la conexión verbal y no verbal con los demás o con nosotros mismos. Estar presentes y atentos mientras hablamos o escuchamos dejando a un lado los juicios, expresando lo que sentimos o necesitamos, sin ofender a otros, permaneciendo abiertos a cualquier posibilidad de diálogo. La verdadera escucha va más allá de la audición. Normalmente no se escucha para comprender sino para contestar”.