Imaginarios sobre violencia y narcotráfico: duros de cambiar
Es verdad que los hechos de violencia se han reducido en Bogotá y en el país. Pero eso no implica que los imaginarios que tienen los mismos colombianos y el mundo, se modifiquen de inmediato.
Sobre este punto giró la sesión del coloquio internacional sobre “Imaginarios sociales y turismo”, que se realizó en el Externado en el marco del año Francia – Colombia, cuyo objetivo es reunir a todos los actores involucrados en las realidades sociales, culturales y artísticas de Francia y Colombia.
Sairi Piñeros, doctoranda de Eirest – Equipe interdisciplinaire de recherches sur le tourisme de la Universidad París 1, Panthéon – Sorbonne, ha investigado la presencia de información sobre Colombia, en especial en el ámbito del turismo, en medios franceses, entre 1980 y 2016.
A partir del imaginario geográfico, que hace referencia a cómo los espacios son percibidos, representados e interpretados, la investigadora analizó los medios de comunicación como constructores de imaginarios sociales y advirtió que en sus informes y noticias se repiten términos como conflicto armado, drogas, secuestros —por el caso Ingrid Betancourt—, catástrofes y accidentes aéreos:
“Para las personas fuera del país, su imaginario de Colombia es el de inseguridad y violencia. Viajeros tienen dudas de hacer turismo por esta razón. Actualmente sigue existiendo el imaginario negativo, aunque se ha ido reduciendo en gran medida, pero la mala publicidad, como las series de narcotraficantes y drogas aumentan este concepto”, argumentó la ponente, en referencia a los resultados de su investigación.
Por su parte, la decana (e) de la Facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras y candidata a doctora en Estudios Sociales del Externado, Edna Rozo, tras mencionar encuestas realizadas en Bogotá, que evidencian que los mismos capitalinos definen la ciudad como insegura, llena de ruido y tráfico, sostuvo que, aunque la experiencia turística es algo subjetivo, siempre estará permeada por los imaginarios sociales, como los que generan los medios:
“Bogotá solo hasta hace unos años empezó a emerger como lugar turístico y de negocios; esos imaginarios que nos dejó la violencia y que se siguen expandiendo en películas y series han causado que volvernos una ciudad totalmente turística sea un proceso lento”, apuntó la decana (e).
Tanto para Piñeros como para Rozo, el lugar y el espacio geográfico son esenciales para las definiciones de estos imaginarios sociales, pues estos deben considerarse también como un sujeto que hace parte de la construcción de una ciudad o región y que aporta, además, al turismo por su valor histórico y patrimonial.
Que Bogotá se defina como una ciudad violenta o no violenta, segura o insegura, depende también de las experiencias directas de las personas o las que se forman a través de imágenes, películas o experiencias compartidas; Sairi Piñeros las define como imaginarios del aquí e imaginarios del allá.
Paolo Vignolo, doctor en Historia y civilización y profesor asociado de la Universidad Nacional de Colombia, argumentó que en este proceso de imaginarios sociales también es de vital importancia tener en cuenta el papel del patrimonio cultural, que se transforma en “algo digno de mostrar” de cada ciudad, y de la memoria histórica, que en algunos casos trabaja como un divisor, pues cumple con un doble registro del imaginario: en el que se ve una Colombia turística, llena de riquezas en flora y fauna, y una memoria histórica en la que se aprecia un país que vive en el conflicto armado y la violencia.
Por su parte, el doctor en Literatura comparativa de la Universidad de California y director del Doctorado en Estudios Sociales del Externado, Armando Silva, enfatizó en que el turismo es una construcción imaginaria y se dramatiza a través de un lugar y de experiencias: “el turismo plantea una concepción mental. El imaginario se crea según lo que se ve y ofrece. Es un hecho estético, del gusto y el placer; si hablamos de violencia ese será el imaginario, si ya se deja de hablar no significa que no exista; pero empieza a cambiar esta percepción”, agrega.
La apertura del evento estuvo a cargo del rector de la Universidad Externado de Colombia, Juan Carlos Henao y William Gilles, director de la Cátedra de las Américas, Universidad París 1 Panthéon Sorbonne.
Durante el encuentro, que tuvo lugar en las instalaciones de nuestra Casa de Estudios, también se anunció que, el pasado sábado 22 de abril en Portugal, los miembros de la red Unitwin: cultura, turismo, desarrollo —creada en el 2002 por iniciativa de la Cátedra Unesco de la Universidad de París 1 Panthéon-Sorbonne— votaron positivamente por la afiliación de la Universidad de Externado a esta red que sirve como constructora de puentes entre la Academia, la sociedad civil, las comunidades locales, la investigación y la formulación de políticas. Además, contribuyen al enriquecimiento de los programas universitarios existentes, al tiempo que promueven la diversidad cultural.
De igual manera, el rector de la Universidad de parís 1 Panthéon Sorbonne, Georges Haddad, informó que el próximo 23 de junio la institución entregará el Doctorado Honoris causa al Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.
“Para agradecerle por las acciones que ha realizado en favor de la paz y una ciudadanía solidaria y fraternal”, destacó Haddad.