Reconocer el valor de la argumentación
Trayendo a colación un concepto esencial de las Matemáticas y la Filosofía, sus dos profesiones, como es la argumentación, el Senador Antanas Mockus señaló cómo a nuestra sociedad le hace falta reconocer su valor para enfilarse hacia la civilización y el humanismo.
En intercambio con la comunidad académica de la Facultad de Administración de Empresas dentro del programa “Sabios de la tribu” el profesor Mockus venció las dificultades de expresión oral que le impone la enfermedad que sufre, ofreciendo, de esta manera, una primera lección.
“Sabios de la tribu” es un espacio diseñado por el profesor Mauricio Rodríguez, para convocar a líderes reconocidos de nuestra sociedad, que acuden a la Universidad para proyectar su mensaje, surgido de la experiencia y la vida, y estimular la reflexión sobre los desafíos que a diario enfrentamos.
La argumentación, explicó el profesor Mockus, el intercambian ideas, la exposición de razones, es la manera de hacer efectivo nada más ni nada menos que el respeto por el otro.
Antanas, como lo nombran los estudiantes, salpicó su intervención con anécdotas y casos de la vida real que le permitieron ilustrar su planteamiento. Por ejemplo, en referencia al acto que corrupción que representa colarse en Transmilenio, señaló cómo en ese escenario se desarrolla una argumentación acomodaticia para justificar la acción. Agregó que la violencia que caracteriza a nuestra sociedad es el resultado de un bajo desarrollo de la disciplina de la argumentación. Porque de lo que se trata, en últimas, es que, entre todos, construyamos la versión más sólida posible de una realidad, elaboremos un lenguaje común sobre el que todos estemos de acuerdo. Nuestra incapacidad para argumentar nos produce miedo y de ahí saltamos fácilmente a la violencia, explicó el senador invitado.
En ese sentido, acotó el profesor Rodríguez, anfitrión del encuentro, en Colombia se logró el desarme de las FARC, pero no se ha logrado el desarme de nuestros espíritus.
Esa posibilidad de construir entre todos un lenguaje común, va en contravía del esquema de vencedores y vencidos al que estamos acostumbrados, y por eso “vivimos como humillantes las situaciones en las que nos refutan. Entonces se patea la mesa sobre la que estamos discutiendo”, señaló el invitado y compartió la gran desazón que le produce cuando “la gente se hace la que no entiende… porque ignorar la fuerza del argumento es una actitud violenta”.
Agregó que esa falta de respeto por el otro que nos caracteriza como sociedad, es la principal asignatura pendiente que tenemos en el propósito de alcanzar la paz, porque esa situación es injusta y perpetúa las desigualdades.
Al ser interrogado sobre las lecciones que dejan las crisis, el profesor Mockus explicó cómo estas siempre traen consigo oportunidades y recalcó que lo importante para comenzar a encontrar soluciones es demostrar que estas existen. Otro escenario en el que la argumentación juega un papel trascendental, como recordó el invitado al traer a colación un episodio de su Alcaldía cuando una protesta de los taxistas por el pico y placa fue una feliz oportunidad para demostrarles cómo “podían trabajar menos y ganar más”.
Así, la Consulta Anticorrupción que, en principio, él vio cómo una derrota, luego fue re-interpretada como una oportunidad de cambio para el país. “Ese es el papel de los líderes, re- interpretar para salir de los atolladeros, señaló”.
Finalmente, y como una muestra más de su talante humanista, al responder la pregunta de cuál ha sido su mayor orgullo, que se hace invariablemente a los “sabios de la tribu”, reconoció sin dudarlo que fue hacer salvado millones de vida por medio de la implementación de la “hora zanahoria”.
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