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Hagamos correr a Buffalo Bill

E.E. Cummings es considerado uno de los mayores poetas de mitad del siglo XX en Estados Unidos. Sin embargo, en su época (entre 1910 y 1960) no fue bien recibida su poesía, por la construcción caótica de su proceso creativo.

Decía Thomas Mann que “la poesía, la verdadera poesía, siempre se revela a los incautos”, refiriéndose a lo previsible: no todos los lectores de poesía pueden reconocer instantáneamente la dimensión en algunos autores. E.E. Cummings se aproxima a esta sentencia. No es un poeta de cómoda lectura. Su poesía es radical, arbitraria, alcanzando una postura de libertad en el lenguaje. Cummings no se dejó engañar por el postmodernismo y la generación perdida que imperaba por aquel entonces en la lengua inglesa. Arriesgó en las estructuras poéticas y creó un nuevo dinamismo en las formas de escritura lírica.    

Publicado por la reconocida editorial española Hiperión, Buffalo Bill ha muertoes una senda antología del poeta norteamericano. Su lectura puede ser compleja en ocasiones, pero siempre llena de ímpetu y salvajismo. Por ejemplo, en su famoso poema “la Guerra”, mientras nos habla de lo horripilante que es la invasión a los pueblos, también escribe el gran tamaño del cañón es hábil / pero yo he visto / la voz enorme e inteligente de la muerte / que refugia una fragilidad / de amapolas”. Sumido muchas veces en una tipografía inusual, asumiendo modos gramaticales experimentales, E.E. Cummings apostó por una escritura heterogénea. Podemos evidenciarlo en su poema # 19:

in(abeja)mó 

v

i(en)l

estás(l

a)tú(ú

nica) 

dor(rosa)mida

Buffalo Bill ha muerto condensa lo mejor de los trece libros de poesía de E.E. Cummings en lengua castellana. Un descubrimiento que no puede dejarnos inadvertidos.

*Reseña elaborada por Hellman Pardo, funcionario de la Biblioteca.