La perra, o de cómo construir la soledad
Después de siete años de silencio, la escritora caleña Pilar Quintana sorprendió al público con la novela corta “La perra”, editada por Ramdom House en 2017, siendo una de las grandes sorpresas literarias del país. Ganadora del prestigioso Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana, concedido por la Universidad Eafit, “La perra” es una obra que rastrea el dolor interior que cargan sus personajes en una remota zona de la región pacífica.
Narrada en tercera persona, ya no es La Flaca, aquella joven excéntrica de “Coleccionistas de polvos raros”, o Lucía Abondano, la periodista que busca de nuevo reivindicarse con la vida en “Conspiración iguana”; la protagonista de “La perra” es Damaris, una mujer afligida y desamparada que busca por todos los medios quedar en embarazo. Curanderos, tratamientos herbales y oraciones antecedidas con sahumerios no dan resultado. La culpa aparece. Próxima a los 40 años, una especie de desgracia íntima comienza a rodearla. Solo es hasta que ve una camada de cachorros y allí a una diminuta perra, cuando logra un breve instante de esperanza.
Pero Chirli, la perra, con sus orejas caídas, tiende a fugarse por el acantilado semanas enteras y regresar llena de lodo. Un día cualquiera llega embarazada y Damaris advierte en ella misma la frustración y el miedo. Siente que es una pésima cuidadora, que a pesar del amor profesado y de las múltiples caricias la perra hace su voluntad. Chirli es la antítesis de sus pérdidas y de su propio abandono.
En “La perra”, Quintana utiliza los rastros de animalidad para reflejar la soledad personal que mantiene una región históricamente olvidada en nuestro país. Una obra aguda, viva, escrita con un lenguaje conciso, elementos suficientes para ahondar en la construcción de su mundo.
*Reseña elaborada por Hellman Pardo, funcionario de la Biblioteca.