¿Por qué pensar los feminismos hoy?
En el conversatorio, organizado por el Programa de Filosofía y la Biblioteca de la Universidad Externado de Colombia, participó Marcela del Pilar Gómez, egresada del Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional, quien recordó algunas experiencias vividas como estudiante de Filosofía y como profesional.
“Recuerdo la condescendencia o displicencia de los profesores hacia mi interés en la Filosofía del lenguaje; cuando trabajo en equipo con hombres, el crédito siempre es para ellos; recuerdo ser identificada, en contextos laborales, como ‘la mujer de…’; presencié el matoneo abierto de los estudiantes a una colega por actitudes que a los hombres normalmente se les aceptan, porque mientras nosotras somos demasiado estrictas, ellos son sabios”, comentó la docente.
A raíz de esto y de algunas conversaciones con sus colegas, egresadas de ese y otros departamentos, tuvo la sensación de que hay formas de sexismo que están fuertemente ligadas a la Filosofía. Esto la llevó a desarrollar el trabajo de investigación “Disociaciones e integraciones metodológicas en una investigación feminista sobre prácticas educativas”, con la que busca comprender qué es lo que ocurre en la Filosofía y por qué se produce la invisibilidad de las mujeres en esta disciplina.
“Las universidades públicas departamentales tienen unas proporciones interesantes de estudiantes, por ejemplo, en la Universidad del Atlántico, el 58 por ciento de sus egresados son mujeres; las universidades confesionales, como la Corporación Universitaria Minuto de Dios o la Javeriana, tienen un porcentaje más bajo, y supongo que eso se explica porque deben educar muchos seminaristas. En universidades que, en nuestro imaginario social gozan de cierto prestigio como la Universidad de los Andes o la Nacional, tienen menos del 30 por ciento de mujeres en sus programas, la Universidad de los Andes graduó un 29 por ciento de mujeres entre 2010 y 2019, y la Universidad Nacional, en el mismo lapso, un 24 por ciento”, agregó la profesora.
La docente concluyó que las investigaciones feministas, además de preocuparse por la vida de las mujeres, se preocupan por la relevancia de las técnicas y aproximaciones utilizadas, así como por la importancia de justificar las elecciones de los métodos y por hacer y desarrollar nuevas preguntas, metodologías y epistemologías.
“Los feminismos nos aportan herramientas conceptuales y posibilidades de imaginar otras formas de concebir la epistemología y la metodología”, afirmó Gómez.
Durante el conversatorio también participó Ignacio Ávila, profesor del programa de Filosofía de la Universidad Nacional, quien reafirmó la importancia de que se generen espacios exclusivos de debate y discusión para las mujeres. El docente también expresó que, en su parecer, en los entornos filosóficos se presenta un tipo de arrogancia intelectual, debido al aparataje conceptual sofisticado que tienen los filósofos, y se preguntó si esta arrogancia tiene como efecto perpetuar nuevas formas de discriminación por género, raza, clase social u otros factores.