“Los ciudadanos deben ejercer su poder y autonomía para disponer de sus bienes ante un notario, en caso de muerte”
Durante la sesión N°6 del Ciclo de Conversatorios sobre el proyecto del Código Civil de la Universidad Nacional de Colombia se debatió el Libro VI “Sucesión por causa muerte”.
Luis Eduardo Montoya, panelista invitado de la Universidad Nacional, expuso los aspectos del proyecto del Código Civil, propuesto por su facultad de Derecho relacionados con el tema de sucesiones, en el cual sostiene que los hijos sean los primeros en el orden hereditario, sin importar si estos nacen fuera del matrimonio, si son concebidos por medio de métodos artificiales o si son adoptivos.
También se contempla que, en primer orden, hasta tres generaciones de descendientes puedan heredar los bienes: hijos, nietos y bisnietos. Si la persona no tiene descendencia, se establecerá el segundo orden, que quiere decir que pueden heredar hasta tres generaciones de ascendientes, es decir: los padres, abuelos y/o bisabuelos.
El docente agregó que existe un tercer orden, el cual significa que el cónyuge o los hermanos y sobrinos pueden heredar; este caso solo se daría si no hay lugar al primer y segundo orden. En caso que la persona no tenga familia de consanguinidad, la figura que queda es el Estado, que viene siendo el cuarto orden.
Enseguida, los otros panelistas invitados dieron a conocer su opinión frente al proyecto propuesto por la Universidad Nacional.
Yadira Alarcón, docente de la Universidad Javeriana, recomendó incluir en el proyecto un lenguaje más incluyente e hizo un llamado a no caer en la discriminación por el origen o la forma de la pareja: “El código civil de la Universidad Nacional hace una apuesta por el cónyuge, hace una apuesta por la relación matrimonial y me parece que no podemos compartir la desigualdad entre la unión marital y el matrimonio”.
La docente también agregó que, en su opinión, el problema del tema de sucesiones en el país, no es la falta de accesibilidad sino la carencia de cultura: “las personas no están acostumbradas a expresar su voluntad porque creen que la muerte nunca llega, o que la muerte no es un fenómeno que se va a presentar de manera inminente, y la pandemia ha demostrado que eso puede cambiar”.
Por su parte, Fernando Alarcón, docente de la Universidad Externado, reconoció que, en Colombia, el derecho a la herencia no es un derecho fundamental y agregó que, si se quiere proteger a las familias, debe existir una plena libertad de las personas para que dispongan de sus bienes por causa de muerte; de esta manera se evitarían múltiples conflictos familiares, que en algunas ocasiones terminan hasta en la muerte.
El externadista también recomendó que los padres eduquen a sus hijos para que se valgan por sí solos, y no esperen a que el padre o la madre fallezcan para quedarse con una herencia que, en la mayoría de los casos, gastan en menos de dos años.
El conversatorio, que fue moderado por Luz Estela Tobón, docente de la Universidad del Norte, finalizó con una invitación a que los ciudadanos ejerzan su poder y autonomía para expresar, ante un notario, a quienes quieren dejar sus bienes al momento de la muerte.