Los secretos de una buena negociación para construir consensos
“Estamos en una coyuntura que nos da la oportunidad de construir reformas sociales. Ojalá que los estruendos de las bombas aturdidoras y la asfixia de los gases no ahoguen esta oportunidad”, expresó el profesor Jaime Zuluaga de Ciencias Sociales y Humanas.
El conversatorio “Concertación y Diálogo: retos en la coyuntura actual” fue moderado por Carlos Restrepo, docente de la Facultad de Administración de Empresas, quien destacó la importancia de la negociación y el diálogo, reconociendo como elementos fundamentales la dignidad y el liderazgo, para que la sociedad pueda construir consensos.
Julián Arévalo, decano de la Facultad de Economía y editor del libro ‘Negociación y cooperación: lecciones y desafíos en la resolución de conflictos’, afirmó que un buen negociador debe tener un proceso de preparación profundo, y para ello debe estudiar y conocer la naturaleza del problema y lo que cada una de las partes representa. Así se podrá entender al otro, se entablará un diálogo que honre la dignidad de cada uno y construir un acuerdo que beneficie a todas las partes.
El decano, quien además participó en los diálogos de paz con las Farc y con el ELN, puso sobre la mesa algunos elementos que se deberían tener en cuenta en los diálogos que ha entablado el Gobierno con el Comité del Paro, por ejemplo: “el negociador debe pensar cuál es el final que se está imaginando, esto le servirá para estructurar el proceso de la negociación; las partes deben entender que no todas las negociaciones son iguales y, por ende, se debe evaluar cómo ajustar la realidad de cada uno a los procesos a los que se enfrentan; las partes deben pensar en quiénes son importantes y no están en la mesa de diálogo; también es necesario organizar los temas de logística y revisar las horas de trabajo que se van a disponer para los diálogos: ¿son necesarias 14 horas continuas de negociación?”.
El profesor y experto en temas de liderazgo, Mauricio Rodríguez, empezó su intervención recordando que “liderar es servir”. Asimismo, afirmó que la empatía y la resiliencia son dos de las cualidades principales que debería tener un líder y afirmó que, para llegar a esa resiliencia, se debe tener un balance entre lo corporal, lo emocional, lo mental y lo espiritual.
Rodríguez hizo un llamado a los líderes del país, de todos los sectores, para que antepongan el interés colectivo sobre los beneficios particulares: “en el país hay problemas de egos y es momento de darle paso al bienestar colectivo; en este contexto es urgente darle paso a la magnanimidad”.
Entretanto, María Cecilia Otoya, también docente de la Facultad de Administración de Empresas y actual directora del Programa de Liderazgo Femenino, “Mujeres rompiendo barreras”, de la Universidad Externado de Colombia, mencionó la importancia del rol que cumplen las mujeres en este tipo de procesos de negociación, ya que aportan a la construcción de la confianza, son más empáticas y pueden escuchar a su contraparte desde una perspectiva más compasiva y generosa. La docente también resaltó que, de los 193 países del mundo, 10 son manejados por mujeres y han sido ellas quienes han dado el mejor manejo posible a la pandemia, “porque su liderazgo fue capaz de sintonizarse con sus dirigidos, fueron previsoras y tomaron medidas audaces y de protección social”.
Durante el conversatorio también participó el profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Jaime Zuluaga Nieto, quien aseguró que el Gobierno no ha podido escuchar lo que la sociedad está pidiendo por medio de la protesta y que hasta el momento no se ha podido lograr la conexión que se requiere de ambas partes para poder transformar, positivamente, el conflicto.
“Estamos en una coyuntura que nos da la oportunidad de construir reformas sociales. Ojalá que los estruendos de las bombas aturdidoras y la asfixia de los gases no ahoguen esta oportunidad”, concluyó el docente.
Daniel Aguilar, profesor de la facultad de Comunicación Social – Periodismo, afirmó que, durante la negociación del Gobierno con el Comité del Paro, se debe generar un proceso de comunicación horizontal y para ello es importante que se reconozca al otro como un interlocutor válido y se identifiquen sus diferencias. Aguilar explicó que la negociación no puede ser vertical ni impositiva, y destacó que la ciudadanía ha tratado, de diferentes formas, expresar su inconformismo para que sus voces sean, además de escuchadas, comprendidas.
Para el profesor de la Facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras, Leonardo Garavito, el aceptar la legitimidad del otro, además de ser un reto racional, es un reto emocional, por eso “es importante reconocer la dimensión simbólica, cultural y emocional de la comunicación, para evitar caer en trampas discursivas”.
Por otro lado, Alexandra García, docente de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales, mencionó la importancia de negociar con “el corazón abierto”, y afirmó que el conflicto, además de ser inherente al ser humano, puede ser un motor de cambio, porque permite que los individuos “se muevan, piensen y sean creativos”.
La profesora también puso sobre la mesa algunas herramientas que, considera, son necesarias para la preparación de un negociador: “es importante saber qué siento yo ante el problema, qué siento ante mi contraparte, y para ello es fundamental la preparación personal, por ejemplo, meditar, salir a trotar, dormir bien, comer algo ligero, hacer cosas que me permitan conocerme y cuestionarme y así abrir mi corazón para escuchar”.