Regulación: ¿una piedra en el zapato para la economía colaborativa?
La reactivación económica y la innovación en servicios durante la pandemia demostraron la importancia de proteger a trabajadores y aprovechar el potencial de las plataformas tecnológicas.
La pandemia cambió los hábitos y canales de consumo de millones de personas en el mundo y significó un impulso importante para la incorporación de la tecnología en diferentes mercados. Además, la economía colaborativa se constituye en un modelo que podría aportar de forma significativa a la reactivación económica en Colombia y Latinoamérica a través del uso de la tecnología y el impulso a la innovación.
En este contexto, y con el propósito de analizar los retos que enfrenta Colombia de cara a la consolidación de la economía colaborativa, la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia realizó un panel de discusión con miembros del sector público y privado en el marco de la tercera edición de la Semana de la Economía.
Cristhian Northcote, gerente de asuntos públicos de Uber en la región andina; Juan Sebastián Rozo, head of policy de Rappi en Suramérica; Natalia Serrano, consultora de la Comisión de Regulación de Comunicaciones y David Ortiz, docente de la Facultad de Economía, coincidieron en destacar el rol de la tecnología en la economía colaborativa al facilitar las oportunidades para la prestación de servicios de manera eficiente y accesible, sin embargo compartieron diferentes opiniones respecto a la necesidad de regular ante la incertidumbre jurídica en la que están distintas plataformas de dicho sector.
«La tecnología tiene un rol dinamizador en la economía, le dio valor agregado a la economía y a la sociedad en la pandemia. El sector de la gastronomía, por ejemplo, logró sostenerse en la pandemia a través de las plataformas, además tuvieron nuevas oportunidades de negocio «, resaltó Rozo, por lo que cuestionó que, si bien comparte la necesidad de contar con una normativa clara “si no se hace una caracterización del mercado, ¿cómo se plantea hacer una regulación?”.
En ese mismo sentido Northcote agregó que es necesaria una mejor comprensión por parte de las autoridades sobre la tecnología. “Cuando se habla de regulación parece que estuviéramos en la segunda revolución industrial (…) la regularización debe tomar los elementos de flexibilidad e independencia que ofrece la economía colaborativa”, aseveró.
Por su parte Serrano, consultora en asuntos regulatorios, manifestó que aunque es claro que la economía colaborativa benefició a las personas durante la pandemia, “es importante hacer inclusión, de tal manera que estos servicios y plataformas también funcionen en la zona rural, en donde no tienen Internet”, ya que si bien Colombia ha venido creciendo en indicadores digitales como penetración de internet “en comparación con otros países nos damos cuenta que nuestro ritmo de crecimiento es inferior”, concluyó.
Finalmente, la profesora Cecilia López, quien se encontraba entre las asistentes al evento, cuestionó que aun cuando hay grandes avances en términos de cobertura tecnológica “se evidencia una brecha muy grande en la concepción del trabajo, en donde se da prioridad a los consumidores, pero falta mucho en los trabajadores de plataformas como Rappi y Uber», dijo.
Se espera que ante las cifras que indican que casi el 50% de los empleos en Colombia son informales, el nuevo Congreso de la República retome la discusión de un nuevo proyecto de ley que busque resolver el limbo laboral al que se enfrentan los trabajadores vinculados a este tipo de plataformas, y potenciar los beneficios económicos de la economía colaborativa.
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