La asistencia escolar y el acceso a internet: Brecha educativa que se acentúa y amplía con la Covid-19
Por Alejandra Mancipe
La educación es un factor importante para el desarrollo social y económico en la sociedad y así mismo se convierte en un derecho fundamental y un deber del Estado en garantizar una educación de calidad a todos los niños y jóvenes que estén en edad escolar. Sin embargo, incluso antes de la llegada de la pandemia generada por la Covid-19, el acceso a la educación y la asistencia escolar entre el 2005 al 2018, han sido un privilegio de solo unos pocos; por la cual se amplían las brechas en la educación y, por ende, se obstaculiza la inserción a una calidad educativa.
Ahora, bajo las circunstancias de la emergencia sanitaria y las implicaciones económicas y sociales que ha traído, el sector educativo se vio en la obligación de llevar la presencialidad a la virtualidad, acentuando la brecha educativa en el país, generando la deserción escolar de al menos 12 niños y jóvenes de cada 100; debido a la disminución del ingreso del hogar o por el escaso acceso a los recursos tecnológicos para continuar sus estudios por medio de la virtualidad.
De acuerdo con el Censo Nacional de Población y vivienda (CNPV) del 2005 y 2018, la asistencia escolar por sexo (Gráfica 1), se evidencia que la asistencia escolar entre niños de 5 a 6 años presenta un leve incremento del total de la población censada (incluyendo hombres y mujeres) ocupando una tasa del 78% al 86%. La población de niños entre 7 a 11 años se mantuvo constante entre hombres y mujeres y del total en el 90% del censo del 2005, mientras que para el 2018 presentó una asistencia cercana del 93% cifra similar al de hombres y mujeres. Sin embargo, la cifra que más preocupa es la de la población entre 18 y 24 años, la que presenta un incremento más que poco significativo al presentar cifras por debajo del 40%, pasando de un 26.6% a un 33.9% del total de la población censada. Lo que quiere decir que anterior a la pandemia ya se evidenciaba la inasistencia a la educación superior, lo que conllevaría a una posible pérdida de aprendizaje y con ello, la deserción escolar en jóvenes entre los 18 y 24 años.
Además de esto, también se pone en evidencia que los niños y jóvenes entre los 5 a los 17 años que asisten a la escuela; al cumplir los 18 años, muy pocos son los que continúan estudiando con regularidad. Por lo que se estaría generando y acentuando la brecha en la educación entre el 2005 y el 2018.
Grafica1. Asistencia escolar por sexo
Fuente: DANE- CNPV 2018
Estas cifras reflejan el posible atraso del desarrollo del país y del capital humano, lo que podría traer repercusiones a mediano y largo plazo. Cabe mencionar que esta asistencia escolar al ser menor al 50% puede estar relacionada con obstáculos como la falta de recursos, la disminución del ingreso escolar para continuar asistiendo a la escuela y a la educación superior. Esto llevaría a que muchos jóvenes, que no asisten con regularidad a la escuela, al momento de regresar evidencien la perdida de aprendizaje y terminen desertando por la misma.
Por otro lado, conforme a la cobertura y acceso al servicio de internet (Gráfica 2), tan solo el 43.4% del total de la población censada para el 2018, posee del servicio, de internet. Entre ellas, Bogotá con una cobertura del 74.6% y, Vaupés con una cobertura de 4.1%. Lo que quiere decir que, más de la mitad de la población colombiana censada en el 2018 no cuenta con el servicio de internet. Consecuentemente, este precario acceso a internet obstaculiza el aprendizaje de los niños y jóvenes en edad escolar, al ser un factor importante para el desarrollo.
Gráfica2. Cobertura de internet 2018
Fuente: DANE-CNPV 2018
Debido a la situación coyuntural de la pandemia, que llevó a diferentes sectores a implementar medidas de aislamiento colectivo con el fin de disminuir la velocidad del contagio, el sector educativo (los colegios y universidades) han tenido que reinventarse, de forma que la tecnología se ha convertido en uno de los principales aliados de los docentes y estudiantes. Sin embargo, observando las cifras de cobertura en el acceso a internet del CNPV del 2018, es evidente que este servicio en el país aún es muy escaso. Por lo que los niños, niñas y jóvenes que no posean este servicio en pandemia, será un obstáculo y un atraso en materia de aprendizajes para continuar con la educación desde la “comodidad “de sus hogares.
En cuanto a la asistencia escolar en tiempos de pandemia, las cifras se debieron reducir drásticamente en niños y jóvenes de todas las edades. Esta disminución, provocaría la deserción escolar debido a la falta de recursos de tecnología para continuar sus estudios de forma virtual y/o la disminución del ingreso del hogar en familias salarios medios bajos y bajos; situación en la cual los jóvenes entre los 16 a 18 años debieron dejar sus escuelas para ayudar a sus familias. Esto convierte a la brecha educativa y el acceso al servicio de internet en un privilegio de solo unos cuantos, acentuándose en la perdida de aprendizajes de la población más vulnerable.
Por lo tanto, a pesar de que las cifras de asistencia escolar sean bastante altas según el censo del 2018, la asistencia escolar debería ser del 100% en toda la población colombiana y no el privilegio de unos pocos. Por su parte, el precario acceso al servicio de internet en el país muestra, la importancia de la inversión pública en tecnología y redes 5G, especialmente en los lugares con mayor porcentaje de población vulnerable. Esto ayudaría a reducir la perdida de aprendizajes en los niños y jóvenes en edad escolar. Además, el Estado debe garantizar una cobertura al servicio de educación de calidad para los estudiantes de recursos más escasos y crear alternativas para que los estudiantes de todas las edades, fundamentalmente jóvenes de 18 a 24 años, asistan con frecuencia a la educación media y superior; para que no deserten por causas de la pandemia ni por cualquier otro motivo.