Thomas Piketty: El crecimiento económico por sí solo no mejora la distribución del ingreso. Incluso, puede profundizar las desigualdades
El autor de “El Capital del Siglo XXI” explicó las razones de su planteamiento, que desvirtúa tesis como la del norteamericano Simon Kuznets, según el cual el desarrollo económico implica una reducción automática de la brecha entre ricos y pobres, durante la conferencia magistral pronunciada en el auditorio de la Universidad Externado de Colombia, para iniciar las celebraciones de sus 130 años.
La intervención del Estado y la aplicación de políticas inequívocas y transparentes, especialmente en el campo fiscal, que debe fortalecerse día a día, son indispensables para reducir la desigualdad en los ingresos. El crecimiento económico por sí solo puede, incluso, generar situaciones de gran inequidad en la distribución de la riqueza, señaló el economista francés Thomas Piketty -uno de los académicos más renombrados del momento- en el inicio de la celebración de los 130 años del Externado.
El autor de “El Capital del Siglo XXI” explicó las razones de su planteamiento, que desvirtúa tesis como la del norteamericano Simon Kuznets, según el cual el desarrollo económico implica una reducción automática de la brecha entre ricos y pobres, durante la conferencia magistral pronunciada en el auditorio de la Universidad Externado de Colombia, para iniciar las celebraciones de sus 130 años.
Profesor de la École des Hautes Études en Sciences Sociales y de la Escuela de Economía de París, Thomas Piketty es considerado el economista más sobresaliente del mundo en el momento. Su obra, “El Capital en el Siglo XXI”, ofrece visiones novedosas y frescas sobre problemas relacionados con la riqueza, sus formas de acumulación en esta etapa del capitalismo y los desafíos de su distribución. El destacado académico fue invitado a Colombia por el Hay Festival y las universidades de los Andes y Externado de Colombia.
Piketty invitó a países como el nuestro, que presenta uno de los más altos índices de desigualdad, pues el 10% de la población posee el 50% de la riqueza, a establecer, para comenzar, un sistema tributario con el más alto nivel de transparencia, que favorece un flujo de información necesario para su análisis y fiscalización y, luego, algo que parece obvio, pero que no lo es tanto: hacer que los más ricos paguen más impuestos.
El profesor invitado lamentó la ausencia de información sobre la tributación en Colombia lo que le impide un análisis más profundo y específico sobre el país pero, aun así, declaró que no nos podemos escapar de adelantar una política consistente en eliminación de las exenciones al impuesto a la riqueza, una mayor transparencia en el sistema, que se conozcan las cifras de tributación, y políticas dirigidas a contrarrestar la corrupción y la concentración de la propiedad.
Gravar con altos impuestos a las capas más ricas de la población no implica herir de muerte al capitalismo, como muchos lo sostienen, aclaró Piketty, y puso como ejemplo a los Estados Unidos, donde entre 1930 y 1980 se impusieron altas tazas de tributación a la riqueza, que según su opinión, antes que trabar el crecimiento, lo impulsaron.
Explicó el conferencista que en ciertos momentos de la historia las élites en Estados Unidos y Europa aceptaron esa realidad, presionadas por hechos políticos como la revolución bolchevique en Rusia. De esa manera, después de la depresión del año 29, se registraron simultáneamente políticas de altos impuestos a la renta y reducciones notables en las desigualdades.
Así que, agregó, no se trata, como algunos piden, de “tener paciencia” y esperar a que el crecimiento económico genere la igualdad; eso no va a pasar por arte de magia.
Concentración actual de la riqueza
Piketty describió la realidad actual como una época de aumento progresivo de la concentración de la riqueza, especialmente en Estados Unidos a partir de 1980, acompañado de un estancamiento de la clase media, un crecimiento sostenido de la deuda de hogares y una supremacía del sistema financiero, carente de reglas suficientes, con consecuencias como las crisis que se han sucedido.
La explicación de ese fenómeno es compleja y debe incluir hechos como el crecimiento exagerado de los salarios en los niveles altos, que no se compagina con la productividad de las empresas, el aumento, también desmedido, de los costos educativos, que cada vez hace más difícil para las capas medias y bajas ingresar a la educación de primera calidad, la baja en el salario mínimo en términos absolutos y de su capacidad de compra, y la declinación de los sindicatos, que hacían presión sobre las condiciones laborales.
Basado en datos de la revista Forbes, el conferencista mostró cómo en los últimos años ha aumentado la riqueza de los millonarios en unas proporciones excesivamente altas, lo que genera incertidumbre para la mayoría de la población que debería aumentar sus ingresos al mismo ritmo, por lo menos. Por otra parte, estas fortunas no son producto de la innovación -Carlos Slim no se inventó el teléfono- sino de situaciones como la privatización de empresas con gangas para los nuevos dueños, fenómeno que ha ido en aumento. “La buena noticia es que se están acabando las empresas para privatizar”, señaló.
Este regreso a una sociedad basada en el patrimonio, implica necesariamente un aumento de las desigualdades, sostuvo Piketty, al poner de presente realidades como la concentración en finca raíz y activos financieros y la importancia creciente de los capitales heredados, como consecuencia del decrecimiento demográfico. Así, quienes no poseen riqueza familiar ven muy difícil un mejoramiento de sus condiciones económicas. Entonces, uno de los retos es que el sistema tributario grave con mayor intensidad el capital que los salarios.
El papel de lo jurídico
Por su parte, Juan Carlos Henao rector del Externado planteó una reflexión sobre el papel de lo jurídico en la disminución de la desigualdad, y cuestionó como jurista si pueden las decisiones judiciales incidir de manera significativa en la reversión de las grandes tasas de desigualdad descritas, y hasta dónde las decisiones judiciales están llamadas a jugar un papel importante en este asunto de la distribución equitativa del ingreso.
De otro lado, Henao, en coincidencia con la conferencia de Piketty, hizo un llamado al sistema tributario nacional para que solucione el tema de la ausencia de información transparente, pues “un sistema democrático que no da información de los tributos de manera transparente no es un sistema democrático, y en eso nosotros somos absolutamente quedados en este país”.
Finalmente, el Rector preguntó a Piketty sobre su visión del impacto económico para Colombia la firma de un tratado de paz, a lo que el economista respondió que, sin poder dar cifras, no tiene dudas que el impacto sería mucho mayor de lo que se piensa.
Entretanto el exministro Guillermo Perry Rubio, docente de economía de la Universidad de los Andes tras declarar que el de Piketty es el libro de economía más importante en el mundo en el momento actual, desarrolló algunos puntos de la conferencia del académico francés y se refirió al trabajo y las discusiones en el seno de la Comisión de Expertos para la Competitividad Tributaria, de la cual hace parte.
Perry reiteró que lo más grave de la concentración de la riqueza está en la parte más rica, y que urge la implantación de un impuesto global al capital progresivo, trabajo que debe realizar Colombia con otros países, para intervenir, por ejemplo, en el fenómeno de los paraísos fiscales.
Puso de presente también realidades como la falta de leyes de competencia en sectores como las telecomunicaciones, que ha permitido la concentración del negocio en unas pocas manos.
En su análisis dijo que en la actualidad estamos como antes de 1910, pues el capital heredado ha adquirido una importancia desmedida, lo que puede tener consecuencias devastadoras en Colombia. Por ello, agregó, es preciso trabajar más en el control de los capitales a nivel global, establecer gravamen a los dividendos y eliminar los beneficios tributarios.
Finalmente señaló que es poco lo que estamos haciendo en educación de calidad para todos, lo que necesariamente tiene impacto en una adecuada distribución de la riqueza en el país.