Indígenas de la Sierra Nevada encuentran en el Externado un aliado para su crecimiento

En las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, creció Ati Mandiwun Izquierdo Mestre, una joven del pueblo Arhuaco, originaria de la comunidad de Nabusimake. Hoy, casi a punto de graduarse como psicóloga de la Universidad Externado de Colombia, Ati no solo celebra el recibir una Matrícula de Honor por su excelencia académica, sino también un camino lleno de retos, aprendizajes y encuentros que la transformaron para siempre.

Desde su infancia, sus padres fueron su mayor motivación. “Siempre he visto en ellos un ejemplo de esfuerzo y compromiso. Me inspiran a seguir adelante y a honrar nuestras raíces”, dice Ati con una serenidad que solo se logra cuando se tiene la convicción de haber tomado la mejor decisión al elegir la psicología como carrera, una decisión que describe como “una reflexión personal y colectiva”.

En la comunidad arhuaca, las dinámicas de cuidado y sanación suelen estar en manos de los mamos, los guías espirituales. Por eso, introducir una disciplina como la psicología, con su enfoque académico y científico, no fue una tarea sencilla para nuestra externadista. “Muchas personas en mi comunidad piensan que no necesitamos psicólogas(os) porque para eso están los mamos. Pero yo siempre he creído que podemos dialogar entre ambos mundos, sin reemplazar lo que ya existe, sino complementándolo”.

Nuestra futura psicóloga está a punto de cerrar este capítulo de su vida y mirar al futuro con esperanza y fortaleza, y aunque no descarta trabajar en otros lugares, su mayor sueño es regresar a la Sierra y aportar desde su profesión a la gente de su comunidad, quienes cuentan con ella para que asuma el reto de ser un puente entre la academia y el conocimiento ancestral en especial, desde su iniciativa de trabajar con las madres y las(os) niñas(os) que en ella habitan, un tema que también abordó en su trabajo de grado. “He visto vacíos emocionales que muchas veces pasan desapercibidos. Quiero ayudar a construir puentes para que esos vínculos se fortalezcan y se traduzcan en bienestar para nuestra gente”.

El camino no ha sido fácil. Al llegar a Bogotá, el choque cultural fue abrumador: la comida, el relacionarse, las dinámicas de las clases, todo para ella era nuevo y diferente, dice que en ocasiones se sentía sola, como si estuviera en desventaja frente a sus compañeras(os), pero este sentimiento fue temporal porque poco a poco, encontró apoyo en las(os) profesoras(es) y en sus compañeras(os), señalando que ahí se dio cuenta de que este, su Externado, podría ser un hogar lejos de casa.

Ati encontró en nuestra Casa de Estudios un espacio donde crecer y reafirmar su identidad. “Al principio, sentía miedo de mostrar quién era, de que me miraran diferente. Pero con el tiempo, aprendí a estar orgullosa de mis raíces, de mi comunidad, de ser arhuaca. El Externado me permitió ser auténtica, me dio la luz para encontrarme conmigo misma”.

Para nuestra estudiante, el reconocimiento de la Matrícula de Honor es más que un logro personal. Es un motivo de orgullo para su familia, para su comunidad y para el Programa de Interacciones Multiculturales del Externado, que le abrió las puertas. “Esto demuestra que los sueños se trabajan, se construyen. La Universidad nos da posibilidades, pero depende de nosotras(os) aprovecharlas. Y yo siempre estaré agradecida por el espacio, por el apoyo y por las semillas que sembraron en mí”.

El fruto del esfuerzo que Ati ha demostrado durante cinco años se verá reflejado en la entrega de un diploma que certificará su formación como psicóloga de nuestra Universidad. Sin embargo, para ella, este logro significa mucho más que un título:

“El Externado me permitió ser quien soy, me permitió crecer, me permitió soñar; no solamente a mí, sino también a mi familia. Cuando estoy en mi comunidad, en mi casa, con mi familia, pienso mucho en el Externado en general, por lo que representa para mí. El Externado, para mí, es casa. Me siento segura aquí; la biblioteca es mi espacio más seguro dentro de la Universidad y me deja ser libre. Entonces, el Externado es ese lugar que ahora, al graduarme, me deja libre para seguir volando”, afirmó.

¡Felicitaciones a nuestra futura externadista, de la cual sentimos gran orgullo y estamos seguros de que trabajará, desde la psicología, en la construcción de un mejor país!