El feminicidio en Colombia: La tarea pendiente de las cifras que aún no hemos calculado

Por: Tatiana Gélvez Rubio[1] y Cindy Rozo Romero[2]

Las mujeres enfrentan diversas modalidades de violencia: sexual, psicológica, patrimonial, económica, entre otras, de las cuales el feminicidio es la forma más extrema. La medición, seguimiento y monitoreo del fenómeno es una tarea urgente por desarrollar en el país.

El pasado 24 de mayo se cumplieron once años del asesinato de Rosa Elvira Cely y el próximo mes se cumplirán ocho años de la promulgación de la ley de feminicidio que lleva su nombre. Sin embargo, este flagelo sigue impactando la vida de cientos de niñas, adolescentes y mujeres en Colombia. Solo por mencionar algunos casos durante el mes de mayo: un feminicidio durante una visita conyugal a la cárcel de Cómbita, en Boyacá, en otro caso una mujer fue asesinada mientras celebraba el día de la madre en Santa Marta y, por último, el reciente feminicidio en el Centro Comercial Unicentro de Bogotá, a plena luz del día, frente a decenas de personas y registrado en cámaras.

El reconocimiento del feminicidio, definido como un delito motivado por el odio y la dominación extrema, que se tipifica en el asesinato cometido contra una persona por el hecho de ser del género femenino (ONU Mujeres, 2023), pone sobre la mesa un fenómeno que siguen experimentando cientos de mujeres en Colombia y, por tanto, es un asunto urgente y prioritario en la agenda política y pública, así como las garantías plenas de investigación y judicialización para los feminicidas.

A nivel de América Latina, el Observatorio de la Igualdad de Género de la CEPAL, dijo que durante 2021 se registraron más de 4.000 feminicidios, y el delito no disminuyó su frecuencia durante 2022. Estas cifras son alarmantes, incluso teniendo en cuenta el alto nivel de subregistro. Como se observa en la Gráfica 1, para el 2021 Honduras presentó la mayor tasa de feminicidios con 2,3 casos por cada 100.000 mujeres, seguido de El salvador (con 1,2 casos por cada 100.000 mujeres) y República Dominicana (1,3 casos por cada 100.000 mujeres).

 

Gráfica 1. Feminicidios en América Latina

(Número absoluto y tasa por cada 100.000 mujeres) 2018-2021

 

Fuente: Elaboración propia con base en datos del Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL (2021)Fuente: Elaboración propia con base en datos del Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL (2021)

Este elevado número de feminicidios ha llevado a que se intensifique el debate y se fortalezcan los marcos normativos a nivel nacional e internacional adoptados en el país. A nivel internacional, Colombia se rige bajo la Convención de Belém do Para en la cual se establecen mecanismos de protección y sanción para erradicar la violencia contra las mujeres; a nivel nacional, fue tipificado por la legislación como un delito penal por la Ley 1761 de 2015 (Ley Rosa Elvira Cely), que será agravado cuando sea cometido por un servidor público, la víctima sea menor de 18 años o mayor de 60, sea cometido por varias personas, le anteceda una agresión sexual o sea perpetrado por la pareja o expareja de la víctima. Es importante mencionar que, gracias a estos marcos normativos, el femicidio en Colombia en la actualidad es catalogado como un delito autónomo y, en ese sentido, se constituye la vida de la mujer como un bien jurídico protegido por el derecho a través de esta medida de política criminal.

Además, las cifras de violencia de género de la Procuraduría General de la Nación, muestran un panorama preocupante frente al tema:

  • En 2022 se registraron 47.771 casos de mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, cifra que, en comparación con el 2021, presentó un aumento de 7.713 casos.
  • El reporte de exámenes medicolegales por presunto delito sexual en mujeres aumentó en 3.650 casos en el 2022, frente a lo reportado en el 2021.
  • En lo corrido del 2023, se han registrado 3.483 casos de violencia intrafamiliar y 1.516 exámenes medicolegales efectuados por presunto delito sexual.
  • Solo el 32%de las denuncias interpuestas ante la Fiscalía General de la Nación por feminicidio han terminado en una sentencia condenatoria, mientras que el 35% sigue en etapa de indagación.

 

Feminicidios en Colombia: un panorama desolador

Según el Observatorio de Feminicidios en Colombia entre enero de 2018 y marzo de 2023, el promedio mensual de feminicidios fue de 51 mujeres. Así mismo, como se ilustra en la Gráfica 2, el mayor número de mujeres asesinadas categorizadas como feminicidios, fue en septiembre en 2020, con un total de 85 mujeres. De manera acumulada, el 2019 representó un total de 665 mujeres víctimas de feminicidio, en el 2020 571 mujeres, en 2021 fue de 622 mujeres, en el 2022 fue de 612 mujeres y en lo corrido del 2023 ha sido de 132 mujeres.

Gráfica 2. Número de feminicidios en Colombia

Enero 2018 – Marzo 2023

Fuente: Elaboración propia con base en datos del Observatorio de Feminicidios en Colombia

Con respecto a la distribución en el país, el número de feminicidios por departamentos señala que entre 2018 y 2022, se registraron feminicidios en veintinueve departamentos del país. En la Gráfica 3 se evidencia que, Antioquia encabeza esta lista con 420 mujeres asesinadas, seguido del Valle del Cauca (349), en el tercer lugar está Bogotá D.C. con 195 mujeres asesinadas, seguido de Cauca con 168, Norte de Santander con 127, entre otros.

Gráfica 3. Rango del total de feminicidios en Colombia por departamento.

Enero 2018 a diciembre 2022

Gráfica 3. Rango del total de feminicidios en Colombia por departamento.

Enero 2018 a diciembre 2022

Fuente: Elaboración propia con base en datos del Observatorio Feminicidios Colombia

Analizado por grupos etarios, se evidencia que las mujeres víctimas de feminicidio en Colombia, para los cuatro años de referencia, están entre 20 y 24 años, hubo 71 casos de feminicidio en 2019 y 85 feminicidios en 2022, es de resaltar que entre los 25 y los 29 años, al igual que las mujeres entre 30 y 44 años, son las edades con el mayor registro de feminicidios, y estas cuentan con características productivas y reproductivas similares.

Un aspecto que llama la atención es la existencia de una gran cantidad de registros en los cuales no se tienen datos con respecto a la edad, que nos muestra parte del problema de la falta de información consolidada y depurada, por lo que la categoría “Desconocida” tiene 169 feminicidios para 2019 y 95 para el 2022.

Gráfica 4. Rango de edad de feminicidios en Colombia.

Enero 2018 – Diciembre 2022

Fuente: Elaboración propia con base en datos del Observatorio Feminicidios Colombia

Si bien los feminicidios no pueden evitarse, es posible crear estrategias y acciones para su prevención. En este objetivo, una de las tareas pendientes es que existan fuentes de información unificadas, completas y sistemáticas en el tiempo. Actualmente, para el caso colombiano los esfuerzos siguen estando fragmentados: académicos, observatorios, entidades públicas y organismos multilaterales han desarrollado acciones frente al tema sin mayor articulación. Por tanto, es necesario avanzar en estrategias conjuntas, por ejemplo, iniciativas como Data + Feminism Lab @ MIT liderada por Catherine D’Ignazio y un equipo de investigadores, muestran cómo a partir de datos y métodos computacionales se logra medir y analizar los datos de feminicidio y su localización, Silvana Fumega, por su parte, a partir de ILDA realiza mapeos de violencia y su identificación geográfica. Colombia puede sumarse a estos esfuerzos para generar comunidades de análisis de datos del fenómeno del feminicidio en América Latina.

Aunado a lo anterior, son fundamentales esfuerzos que faciliten la sanción de la violencia contra las mujeres y susciten reflexiones hacia la construcción de relaciones equitativas, en las que ser mujer no implique un riesgo para la vida. Para ello, a continuación, se proponen algunas acciones clave de corto plazo para mitigar el problema:

  • Refuerzo de las acciones preventivas: Es necesario garantizar la prevención de estos actos de violencia, con el fin de que hechos victimizantes terminen en feminicidio a través de la sensibilización temprana a niñas, adolescentes y jóvenes en colegios, institutos y universidades que permitan la detección temprana y la prevención de la violencia de género.

 

  • Seguimiento a la implementación de la política pública y criminal: Muchos asesinatos relacionados con género no son claramente identificados y contados. Se hace necesario generar sistemas de seguimiento, basados en el análisis de datos con fuentes articuladas, por parte de las instituciones públicas, que ayuden a la detección de situaciones de mujeres con su debida georreferenciación y el contexto de las características de la violencia que pueda ayudar a clasificarlas en nivel de riesgo de feminicidio.

 

  • Orientación y capacitación: Es perentorio que los funcionarios públicos a todo nivel -desde policías, servidores públicos a nivel municipal, local o distrital, personal de la Fiscalía, Procuraduría u otras entidades encargadas- estén plenamente capacitados y comprometidos con la escucha, apoyo y servicio eficiente a la ciudadanía para la salvaguarda del derecho a la vida de las mujeres y que se activen en todos los casos de la forma más eficiente posible los protocolos existentes para el manejo de la situación ante potenciales actos feminicidas. En otras palabras, que existan capacidades de apropiar u orientar adecuadamente a las víctimas cuando se evidencien factores de riesgo.

En conclusión, si bien el reconocimiento del feminicidio como un delito, y la creación de una normatividad hace más de un lustro fue un avance pertinente para la mitigación de la violencia contra la mujer; como lo muestran las cifras, es un fenómeno que persiste en todo el país. Es urgente consolidar sistemas de información y análisis de datos para que se generen alertas inmediatas frente a los casos. Además, el avance en la implementación eficaz de acciones de protección en el cual las rutas de atención articuladas y alertas tempranas son parte de esta solución.

Finalmente, para las mujeres cuya situación de violencia ya ha sido identificada y estén dispuestas a reportar a las autoridades al respecto, deben garantizarse ambientes en los cuales sean escuchadas, apoyadas y valoradas, y de esta manera se permita mitigar la comisión de actos por parte de potenciales agresores.

[1] Docente e investigadora, Facultad de Economía. Universidad Externado de Colombia. PhD en Gobierno-Universidad de Essex. E-mail: tatiana.gelvez@uexternado.edu.co

[2] Economista, Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca. E-mail: cindyrozo00@gmail.com