La aparición de los superhéroes en el cómic colombiano: una mirada desde la investigación académica
Esta investigación, desarrollada por Enrique Uribe Jongbloed, profesor e investigador de la Facultad de Comunicación Social-Periodismo del Externado, explora las características, simbolismos y trayectorias de estos personajes, revelando aspectos esenciales sobre la identidad cultural y racial del país.
El texto, escrito en colaboración con Hernán Espinoza, académico residente en Australia, explora cómo a diferencia de países como Estados Unidos, donde los superhéroes han sido emblemas culturales desde los años 30, Colombia carece de una tradición consolidada en el cómic.
“Esta fue una revisión para identificar qué tipos de personajes habían aparecido como superhéroes en la historia del cómic colombiano y analizar qué tipo de representación hacían: ¿a quién representaban y cómo?”, señaló.
Según Uribe, los primeros intentos locales de incorporar personajes heroicos en esta narrativa surgieron en los años 60. Sin embargo, estos esfuerzos fueron esporádicos, limitados a publicaciones como Los Monos, una revista que acompañaba los domingos el periódico El Espectador.
Entre los ejemplos destacados se encuentra Tucano, un personaje que combina elementos de Tarzán y mitos indígenas. Este héroe, creado en los años 80, es un hombre blanco adoptado por una tribu en la selva colombiana tras ser abandonado en Bogotá.
“Tucano salía originalmente como en 4 o 5 páginas en este periódico, donde aparecían comic y caricaturas extranjeras. Tucano encarna la narrativa de salvación y poder, aunque refleja tensiones raciales, ya que perpetúa la visión del blanco como protagonista central en un contexto de diversidad étnica”, señaló Jongbloed.
Otro caso es Zambo Dendé, un esclavo liberado que lucha por la libertad de otros esclavos. Introducido en 2010, este personaje representa las raíces afrocolombianas y la mezcla cultural del país, incorporando elementos mágicos asociados a la herencia indígena. A pesar de su corto recorrido, Zambo Dendé evolucionó, y pasó de publicaciones periódicas a reinterpretaciones modernas que actualizaron su historia para nuevas audiencias.
Más recientemente, la editorial Extraordinarios Héroes Colombianos ha intentado diversificar la representación de héroes, incluyendo personajes como Protector, que utiliza los colores de la bandera nacional, y otros con habilidades tecnológicas o poderes chamánicos. Estas creaciones intentan capturar la pluralidad cultural de Colombia y ofrecer héroes con los que el público pueda identificarse.
Material insuficiente
El estudio enfrentó dificultades debido a la ausencia de un archivo consolidado de cómics en Colombia, lo que requirió una extensa búsqueda en publicaciones antiguas. Además, aunque existen estudios previos sobre el impacto de los cómics en la cultura juvenil, pocos se han enfocado específicamente en la representación de superhéroes. La investigación de Uribe y Espinoza se posiciona como un aporte único en este campo y abre nuevas posibilidades para analizar la relación entre los cómics y la identidad nacional.
Además, no solo expone cómo la raza y la etnicidad han sido elementos centrales en la construcción de héroes colombianos, sino también cómo estas narrativas reflejan tensiones históricas y culturales. Aunque los superhéroes colombianos no tienen el reconocimiento global de figuras como Superman o Batman, representan un esfuerzo por crear personajes que hablen de la diversidad y los desafíos de la sociedad colombiana.
“El desarrollo del cómic como idea, como forma de secuencia narrativa visual que cuenta una historia, ha tenido una incidencia en muchas de las cosas que nosotros utilizamos como herramientas de comunicación. Es decir, esto tiene efectos sobre cómo se construyen, a veces, historias en memes o en contenidos virales, y está basado en la lógica de cómo estructurar un cómic, una historia o una narración por viñetas. Entonces, lo que a mí me parece interesante es explorar ese lenguaje visual que nos permite contar historias de otra manera”, afirmó el profesor.
Esta exploración marca un punto de partida para futuros estudios sobre el cómic en Colombia e invita a reflexionar sobre cómo los medios narrativos pueden contribuir a fortalecer el sentido de identidad y pertenencia en un país tan diverso como el nuestro.