Más del 30% de la población víctima del conflicto armado ha mostrado síntomas de ansiedad, depresión y estrés postraumático

Así lo evidencia una investigación realizada por Diego Mauricio Aponte, docente de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de nuestra Universidad, en la que indagó sobre la salud mental en grupos vulnerables y estigmatizados en cinco departamentos del país.

El proyecto ‘Salud Mental en el Postconflicto en Colombia’ fue desarrollado por investigadoras(es) del Área de Salud, conocimiento médico y sociedad del Centro de investigaciones sobre Dinámica Social (CIDS) en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de nuestra Casa de Estudios en conjunto con la ONG danesa, DIGNITY (Danish Institute Against Torture), que trabaja en temas de rehabilitación, investigación y cooperación internacional.

“El objetivo de esta investigación fue generar conocimiento sobre poblaciones vulnerables para guiar intervenciones focalizadas que, en este caso, se centraron en quince municipios, tres por cada uno de los departamentos seleccionados”, explicó el docente, quien también agregó que la idea de este trabajo es seguir facilitando la integración de redes locales para mejorar la salud mental desde un enfoque territorial.

Este enfoque estuvo centrado en zonas rurales afectadas por el conflicto armado, que han sido tradicionalmente excluidas de estudios de salud mental como lo son: San Juan de Arama, Granada (Meta); Santa Rosa de Lima, San Pablo (Bolívar); Cajibío (Cauca); Icononzo, Lérida (Tolima) y Mocoa y San Francisco (Putumayo). Asimismo, se tuvieron en cuenta varias características propias de estas zonas como lo son: impacto en el conflicto armado, presencia de víctimas, territorios priorizados PDET, presencia o cercanía con ETCR, capacidades institucionales y acceso o seguridad.

“Lo que hicimos en estas comunidades fue un estudio poblacional sobre temas de salud mental, victimización por el conflicto armado, estigma, resiliencia y capital social en el que incluimos cerca de 5000 encuestas e indagaciones cualitativas para comprender las necesidades de salud mental en estas regiones”, explicó Aponte, quien agregó que este diagnóstico se hizo por medio de entrevistas, investigaciones y análisis de información proporcionada por diversas fuentes (22 grupos focales y 70 entrevistas) para luego transferirlos a las entidades de salud correspondientes.

Algunos resultados

La intervención social y el proyecto ‘Salud Mental en el Postconflicto en Colombia’ buscaba promover la salud mental como parte del proceso de construcción de paz en nuestro país, para ello, era crucial fortalecer las capacidades locales para la gestión en salud debido a la ausencia de personal e infraestructura idónea para esta atención. Lo anterior, teniendo en cuenta que:

  • El estudio arrojó que las afectaciones en salud mental son proporcionales a la victimización por el conflicto armado, con un promedio de 30% de la población afectada mostrando síntomas de ansiedad, depresión y estrés postraumático.
  • También indicó algunas diferencias en el capital social y confianza en los contextos locales, con altos índices de ideaciones y riesgo suicida en algunos municipios.
  • Existe una tendencia a la multivictimización y sus mayores afectaciones en salud mental.
  • Pone en evidencia las dificultades de acceso a servicios de salud mental y afectaciones en el tejido social y familiar.

Con estos resultados, las(os) investigadoras(es) externadistas, con el apoyo de DIGNITY y el Ministerio de Salud validaron la estrategia Grupos solidarios para la gestión de la salud mental y la cultura de paz” como una alternativa para mejorar las respuestas territoriales a problemáticas de salud mental mediante atención médica y producción académica que será publicada en diferentes cartillas indexadas y cartillas pedagógicas.

Finalmente, esta investigación no solo resalta la urgencia de atender las necesidades de salud mental en las regiones afectadas por el conflicto armado, sino que también reafirma el compromiso de la Universidad Externado de Colombia con la promoción del bienestar integral y la construcción de una paz duradera. A través de este enfoque, nuestro Externado continúa liderando iniciativas que buscan generar un impacto positivo en las comunidades más vulnerables, demostrando que el conocimiento y la investigación son herramientas fundamentales para transformar realidades y construir un futuro más equitativo para todas(os).