Hernando Parra Nieto, nuestro nuevo rector del Externado
Cuando Hernando Parra recibió su diploma de abogado del Externado, a mediados de 1985, ya había afianzado su sentido de pertenencia a esta Casa de Estudios y adquirido -por derecho propio- el sello externadista.
Esto por cuanto, desde muy pequeño, en su colegio -el Claustro Moderno de Bogotá- había tenido noticia de la que más tarde sería su universidad. Su colegio había sido fundado por el profesor Carlos Medellín Forero, quien a su vez hacía parte de las directivas del Externado. El vínculo entre colegio y universidad era estrecho, en la medida en que varios profesores –el siempre recordado Richard Tovar, entre otros– enseñaban en ambos centros educativos y no pocos docentes del Externado habían matriculado a sus hijos en el Claustro.
Poco antes de obtener su título de bachiller, su padre falleció de manera intempestiva, dejando a su mamá, doña Lupe Stella Nieto de Parra, con 4 hijos menores de edad (Hernando era el mayor). En ese momento el rector de su colegio, Carlos Medellín, estuvo allí para ofrecerle “un apoyo muy grande que nunca olvidaré”, e indicarle el camino de los estudios de Derecho en el Externado.
Desde su ingreso a la Universidad, Hernando Parra se sintió “en casa”, y tuvo resultados académicos que hablan por sí solos, como las sucesivas matrículas de honor por obtener el promedio más alto de calificaciones
Gracias a eso, y “solamente a eso”, recalca el nuevo rector, su nombre comenzó a destacarse, al punto que, tras terminar el tercer año, su profesor de Obligaciones, Fernando Hinestrosa, le propuso trabajar con él en su oficina particular de abogado. El alumno comenzó a alternar sus estudios con el oficio de “patinador” de juzgados, encargado de vigilar la marcha de los procesos de la oficina del doctor Hinestrosa.
Y ese fue el primer escalón de una relación laboral y personal que se extendió por casi 30 años, hasta la muerte del rector, en 2012: de asistente de juzgado pasó a ser su asistente en la cátedra de Obligaciones, y de allí a ser el docente en esa asignatura. Luego, se desempeñó como director del Departamento de Derecho Civil y, tras el fallecimiento del secretario general, Manuel Cubides Romero, en 1996, Hernando Parra fue designado en ese cargo, que ocupó por 14 años.
Posteriormente, viajó con su familia a Estados Unidos para cursar un máster en Derecho en Boston University. Tras su formación, regresó al Externado como docente en la cátedra de Obligaciones, responsabilidad que sigue desempeñando hasta hoy, como profesor emérito, con más de 25 años en la cátedra.
No obstante la escasez de tiempo en su época de estudiante universitario, Parra recuerda el intercambio con sus compañeros, el descubrimiento y conocimiento de las diferentes regiones del país a través de cada uno de ellos, y la aproximación a posturas políticas diversas, que ampliaron su visión del mundo y su criterio.
Una secretaría de puertas abiertas
Hernando Parra fue mucho más que un Secretario general, pues asumió una gerencia muy dinámica y se encargó de un conjunto de asuntos administrativos y financieros, que iban creciendo con la Universidad y que -de alguna manera- desbordaban a la rectoría.
Y le impuso al cargo una impronta que reconocen los externadistas de la época: puertas abiertas, diálogo, preocupación por los problemas de la gente que tenía a su alrededor, y lo hacía con austeridad, cordialidad, alegría y sencillez.
Esta actitud, incluso, generó problemas de ‘movilidad’ en la Universidad, por las concentraciones de personas en el entorno de la rectoría, lo que obligó a reubicar la Secretaría general.
“Yo creo que como seres humanos tenemos la obligación de servir a los demás, ser solidarios. Sin ello la vida no tiene sentido. Debemos devolverle a la vida parte de lo que hemos recibido de ella”, sostiene Parra.
Un hombre de ‘centro’
El nuevo rector del Externado tiene un estilo convencional de vestir y de comportarse. En su modo de ser no hay estridencias. Se califica a sí mismo como un hombre de ‘centro’: “no me gustan los extremos en ningún aspecto de la vida, porque creo que la realidad siempre está llena de matices”.
Desde muy pequeño aprendió a tender su cama, como un ritual clave de una vida disciplinada y metódica que su padre quiso imprimirles; además de resaltar siempre el valor del trabajo como elemento formador de la personalidad. Tiene un piano y sabe tocar algunas piezas; ama la música clásica y siente especial predilección por la música colombiana: los pasillos, las guabinas y los sanjuaneros.
Está casado con Marcela González Bernal, también abogada egresada de la Facultad de Derecho, especialista en Derecho Financiero y Bancario y su socia en la oficina de abogados que fundaron hace muchos años. Con 28 años de matrimonio, tienen dos hijos, Nicolás y Sebastián, que también siguieron la carrera de Derecho. Hace poco, cuando cumplieron sus bodas de plata matrimoniales, “volvimos a contraer nupcias, con todas las formalidades”, relata Parra y agrega que para tal ocasión logró hacer un contacto con el artista Andrés Cepeda para llevarle una especial serenata a su esposa.
El nuevo rector del Externado tiene una casa de descanso en la sabana de Bogotá, “es mi clínica de reposo, un simulacro de finca donde tenemos dos vacas lecheras, un burro, tres perros, dos gatos, seis gallinas y una huerta casera”. Pasea por el campo, se integra con sus vecinos en una relación grata de confianza mutua y, dentro de esta lógica de servicio que marca su vida, lidera una organización que trabaja localmente en reforestación y proyectos contra el cambio climático, una de sus grandes angustias vitales.
Le molestan la indisciplina y el tráfico en Bogotá, que para él representa la ‘cultura del atajo’, la ley del más vivo o del más fuerte, que le es detestable. Se disgusta con quienes hablan mal de Colombia, y se limitan a criticar sin aportar nada para solucionar los problemas que nos aquejan.
El Externado: un mundo de sueños
Sus sueños frente al Externado son “convocar a toda la comunidad, superar las fracturas, que nos volvamos a encontrar, que podamos trabajar armónicamente y con respeto, en medio de la diferencias. Creo que pasó el momento de los protagonismos individuales, ya no hay espacio ni tiempo para ello. El mundo de hoy, y el Externado no es la excepción, nos exige una acción colectiva, no solo la del rector. Sueño con un Externado unido, donde se redima la mística y el carisma para trabajar mancomunadamente por este proyecto que es de todos”.
¿Y el Externado en la pospandemia? “Cambiamos abruptamente un modelo de educación que tenía 200 años, y las universidades tenemos que responder a ello. El Externado va a estar a la vanguardia en eso. La educación presencial va a regresar pero no igual, se va a valorar mucho más. La virtualidad tampoco se va a ir y tenemos que perfeccionar todos los instrumentos tecnológicos para cualificarla. Y vamos a liberar espacios. La visita al campus se va a volver necesaria para actividades concretas, para interacción, para participación, para trabajos en grupo. Eso va a dar lugar a cambios en los modelos de enseñanza y va a demandar que los profesores nos adaptemos y desarrollemos una nueva pedagogía. Pero lo cierto es que no podemos regresar atrás, volver al pasado”.
“El contacto personal seguirá siendo primordial en la formación de los individuos, si pensamos que las habilidades blandas se desarrollan dentro de esa interacción. La tecnología aísla a las personas. Por eso hay que sacarle más provecho a los espacios de encuentro, que puede que sean menos pero más significativos. Ya no tendremos asistencia pasiva a la Universidad. El modo presencial necesariamente tendrá que ser activo”.
Y en un plano más amplio, el nuevo rector Hernando Parra Nieto señala que
“tenemos la oportunidad de reactivar a nuestro país y, para ello, todos tenemos algo que sacrificar. Como me decía un empresario: ‘vamos a ganar menos, pero vamos a compartir más’. Es el momento de considerar el valor del otro”.
Agrega que “la pandemia nos enseñó a ser más humildes. Creíamos que los avances científicos, el dinero, los títulos y el poder, podían arreglarlo todo. Y vino la pandemia y un elemento microscópico aisló a todo el mundo y generó una situación que nos mostró el escaso valor de ‘lo externo’.
Con todo ello en mente y con la emoción que se deriva de este momento, uno de los más trascendentales de su vida, Hernando Parra Nieto, el nuevo rector, proclama su devoción por el Externado de Colombia y sostiene que: “lo llevo en mi corazón, es una inspiración total”.