Pieza del mes
Marzo de 2023
Centenario de los comuneros, 1881
La Revolución de los Comuneros se desató el 16 de marzo de 1781 en el territorio del Nuevo Reino de Granada, durante el mandato de Carlos III miembro de la dinastía borbónica. Se consideran como causa principal de esta revuelta, las medidas fiscales tomadas por las autoridades españolas, aplicadas por el visitador Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres, quién anunció el aumento del impuesto al tabaco, la sal, el aguardiente, entre otros. Esto llevó a la protesta de la población, simbolizada en la actuación de Manuela Beltrán que por mano propia rompió el edicto del visitador donde se establecía el Impuesto para la Armada de Barlovento. En medio de la agitación animada por el ímpetu de Manuela Beltrán, en las calles del Socorro se escuchó el grito: ¨Viva el rey y abajo el mal gobierno¨.
Editado en Bogotá por la Imprenta de Silvestre y Compañía el 16 marzo de 1881, Centenario de los comuneros es uno de los primeros libros ilustrados publicados en Colombia. Este libro es el inicio de un ambicioso proyecto editorial entre Alberto Urdaneta y el grabador español Antonio Rodríguez como también lo fue el Papel Periódico Ilustrado, del que se imprimió su primer ejemplar el 6 de agosto de 1881. Los textos que complementan el libro del Centenario son fragmentos de la publicación de Manuel Briceño Los Comuneros, historia de la insurrección de 1781, editado por la misma imprenta en 1880.
Con el propósito de conmemorar el primer centenario de la Revolución de los Comuneros, y por encargo del presidente Rafael Núñez, además de recordar y homenajear a los ciudadanos más representativos que participaron en las revueltas, la combinación entre texto, dibujo y grabado dio paso a que el arte se convirtiera en una herramienta para la prensa y la formación de profesionales a través de escuelas, como en el caso de la fundación, en 1886, de la Escuela Nacional de Bellas Artes, anexa a la Universidad Nacional y, de la cual Urdaneta fue su primer rector y Rodríguez parte del profesorado.
Esta nota fue realizada por María Alejandra Quiroga Silva, estudiante de Historia y voluntaria de mediación en Lux non occidat: Museo y Archivo Histórico de la Universidad Externado de Colombia.