Hace 50 años murió el jurista austriaco Han Kelsen, uno de los teóricos del derecho más importantes de la historia, quien elaboró la teoría pura del derecho, una de las concepciones más sólidas e influyentes del positivismo jurídico. Kelsen hizo además contribuciones muy importantes en otros campos del derecho, la filosofía y las ciencias sociales. Sin pretensión de exhaustividad puede uno citar sus aportes a la teoría de la democracia, en su corto pero sustancioso libro “Esencia y valor de la democracia”. Sus contribuciones al derecho constitucional, y en particular a la consolidación de la justicia constitucional, han sido decisivas, no sólo por su participación en la redacción de la constitución austriaca y sus debates con Carl Schmitt sobre quién debe ser el defensor de la Constitución sino además con su propuesta de control concentrado de constitucionalidad, de enorme influencia en Europa.
Sus aportes a la visión del derecho internacional han sido también reconocidos no sólo por su defensa del monismo internacionalista sino por sus propuestas para lograr “la paz por medio del derecho”, según el título de uno de sus trabajos poco antes del fin de la Segunda Guerra Mundial, o sus reflexiones sobre la justicia penal internacional, con sus trabajos sobre el legado de Nuremberg. Sus contribuciones a la discusión en la metaética sobre la justicia fueron también notables, con su clásico texto “¿Qué es la justicia?”. Sus discusiones en ciencia política también fueron importantes, por ejemplo, al analizar con rigor crítico las teorías marxistas del Estado y del derecho o al proponer la diferencia entre un concepto jurídico y uno sociológico de Estado. Y tuvo muchas más contribuciones.
Kelsen fue particularmente influyente en Europa continental y en América Latina en el siglo pasado. Sin embargo, a los 50 años de su muerte, su obra no recibe la atención, ni el estudio ni el debate que merece en nuestra región, no sólo por cuanto algunas de sus posiciones han sido malinterpretadas o caricaturizadas en nuestros países sino, además, porque algunas corrientes jurídicas consideran que Kelsen ha sido superado por las llamadas visiones post-positivistas del derecho.
Esta desatención a Kelsen es desafortunada pues independientemente de que pueda estarse o no de acuerdo con sus tesis, pocas obras han tenido la riqueza y el rigor de aquella desarrollada en todos estos campos por el jurista austriaco. Los cincuenta años de su muerte son entonces una oportunidad para repensar y rediscutir la obra ineludible de Kelsen. Por tal razón, las universidades Nacional y Externado, con el apoyo de la embajada de Austria, decidieron juntar esfuerzos para organizar un seminario que hemos llamado “Kelsen hoy” en donde se pretende evaluar la pertinencia del pensamiento de Kelsen en la actualidad , en sus distintas campos: como teórico del derecho, como filósofo político y defensor de la democracia liberal, como teórico de la justicia constitucional, como científico social o por sus aportes al derecho internacional, por solo citar algunos de sus campos de trabajo.