En nuestro espacio académico nos hemos contagiado ¡Sí!, pero de valores humanos, éticos y de convivencia social.
Los espacios académicos y de aprendizaje se convierten en una instancia clave para contagiarnos de valores humanos y éticos y por consiguiente, apoyar nuestro ethos o forjamiento de carácter y manera de ser, que nos disponga y aumente la posibilidad de ser felices y de conseguir una vida buena en comunidad (Camps, 2019; Cortina 2013). Pero ¿cuáles son esos valores éticos y cómo podrían identificarse en los espacios académicos?